Salud y nutrición

Mitos y realidades sobre el consumo de huevos y los niveles de colesterol

El colesterol es una de las palabras más sonadas en el ámbito de la nutrición. Es una sustancia grasa que se encuentra en la sangre y en todas las células del cuerpo, ayudando a regular las hormonas.

Nuestro cuerpo tiene su propia fábrica de colesterol: el hígado. Allí se produce naturalmente esta sustancia, y podemos obtenerla también de ciertos alimentos de origen animal que contienen colesterol en su composición, como por ejemplo la mantequilla, el queso, la carne o los huevos.

Es una realidad que debemos cuidar nuestros niveles de colesterol, ya que una cantidad excesiva en la sangre puede provocar problemas cardiovasculares. En un blog anterior te habíamos sugerido 10 alimentos para cuidar tus niveles de colesterol, pero hoy queremos enfocarnos en un alimento cuyo consumo, a lo largo de los años, ha estado relacionado con los niveles de colesterol: el huevo. Se ha mitificado y desmitificado el impacto que tiene en los niveles de colesterol, pero ¿cuál es la realidad al sol de hoy?

Tabla de contenidos

Los beneficios del huevo para el cuerpo

Por miedo al colesterol, durante mucho tiempo se dijo que era mejor desechar la yema del huevo y consumir solo la clara, por su alto nivel de proteína. Sin embargo, ¡la yema contiene la mayor cantidad de vitaminas del huevo! Así que, partiendo de esta premisa, lo mejor es consumir el huevo entero.

¿Por qué? Porque el huevo contiene vitaminas A, B, E y D (así es uno de los pocos alimentos aporta vitamina D). También contiene luteína y zeaxantina (que están asociadas a sufrir menor riesgo de cataratas), fósforo, yodo, colina y, por supuesto, colesterol. Y es tan importante su contenido de colesterol precisamente por ser fundamental para la síntesis de hormonas en nuestro cuerpo.

Entonces, ¿por qué se ha mitificado el consumo de huevos? Realmente el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca está más asociado con los alimentos que acompañan al huevo o su preparación. Por ejemplo, en los desayunos estadounidenses es muy típico comer huevo frito, acompañado de beicon, jamón y salchichas, lo cual hace que un plato saludable se convierta en una comida con altos niveles de sodio y grasas saturadas.

Conclusiones de estudios sobre el consumo de huevos

Así, a lo largo de los últimos años se han realizado diversos estudios sobre la relación del consumo de huevos y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, y varios de ellos, muy importantes dentro de la comunidad científica y nutricional por su metodología y solidez, apuntan a que el vínculo entre ambos factores es dudoso. De hecho, varios de estos trabajos no solo encontraron que no existe relación entre estos factores, sino que además el consumo de huevos podría reducir el riesgo de sufrir un ictus en un 12%.

Sin embargo, nunca debemos olvidar que los requerimientos nutricionales varían de acuerdo con cada persona. En general, el 70% de la población no sufre un aumento del colesterol en sangre cuando ingiere un alimento con colesterol, ya que el hígado regula la producción de esta molécula cuando la consumimos. Pero el resto de la población sí responde reactivamente al consumo de colesterol, por lo que se elevan los niveles en sangre.

Otra de las conclusiones de algunos estudios no es tan positiva, pero es importante saberla. Tres de estos estudios encontraron un aumento del riesgo de diabetes entre 30% y 50%, a pesar de que no exista un factor nutricional en el huevo que permita relacionar ambos factores. Probablemente sea uno de los aspectos que la comunidad científica tome en cuenta para sus próximas investigaciones.

Así que ya sabes, pierde el miedo al consumo de huevos. Si te gusta los huevos y no quieres aumentar la ingesta de colesterol, consume sólo la clara. Y cualquiera sea tu elección, recuerda que es un alimento beneficioso para la salud, siempre y cuando lo prepares de una forma saludable.

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