[:es]Muchos de vosotros seguramente habréis escuchado la palabra mindfulness, una técnica que tiene como finalidad el bienestar personal. Cada vez suena con más fuerza y se habla de ello como a una verdadera tendencia que viene para quedarse. Una tendencia en auge que está ayudando a muchas persones a sobrellevar el ritmo acelerador de sus vidas. ¿Pero qué significa mindfulness? ¿De dónde viene? ¿Qué finalidad tiene? Te desvelamos las claves para que puedas beneficiarte de la práctica del mindfulness día a día.
-
Tabla de contenidos
Origen y significado de mindfulness
Su origen se encuentra en la meditación budista que, tras un largo viaje de miles de años, ha llegado a Occidente gracias a la labor investigadora y divulgativa del Dr. Jon Kabat-Zinn, entre otros. El mindfulness no es ninguna práctica religiosa, puede practicarlo todo el mundo y en cualquier acción de la vida cotidiana como comer, estudiar, cocinar, ¡incluso cepillarse los dientes!
Mindfulness significa mantener atención plena en el momento y en aquello que se está haciendo o sintiendo, sin hacer juicios de valor ni autocrítica. Mindfulness es “aquí y ahora” sin estar reprochando o añorando el pasado, ni imaginando el futuro. Por ejemplo, ante una preciosa puesta de sol, podemos encontrarnos reflexionando sobre tiempos pasados, o en nuestra lista de tareas para el día siguiente. Pero también podemos centrarnos en disfrutar plenamente del atardecer, de sus colores, el movimiento del sol, las formas de las nubes, los cambios de luz e incluso aromas y sonidos.
-
Beneficios del mindfulness
Al mindfulness se le atribuyen poderosos beneficios como técnica complementaria en el tratamiento del estrés, la ansiedad y el dolor crónico. También ayuda a mejorar la concentración, la memoria, la flexibilidad mental y, por consiguiente, el rendimiento intelectual y académico.
Otro de sus grandes beneficios se observa en dietas de adelgazamiento. El mindful eating es una herramienta eficaz para ayudar a minimizar la ansiedad y cumplir la dieta. Se trata de tomar conciencia plena del acto de masticar, saborear, oler, percibir las texturas de los alimentos; también reparar en que nuestro estómago se va llenando, y valorar nuestra saciedad tanto física como emocional. La atención plena en el acto y deseo de comer puede contribuir a llevar a cabo con éxito un plan dietético, ya que puede ayudar a evitar las tentaciones y a sentirnos más a gusto con nuestra alimentación.
-
Empieza a entrenar mindfulness
Iniciarse en la práctica de la atención plena requiere de unos pocos minutos al día. Con algo de constancia y paciencia podrás empezar a beneficiarte de ella. Eso sí, ¡debes apagar el piloto automático durante unos minutos!
Puedes empezar meditando cada día 10-15 minutos. Busca un lugar y un espacio donde nadie te moleste y donde puedas estar en silencio. Siéntate con la columna recta y los hombros caídos, las piernas haciendo un ángulo de 90 grados y las manos apoyadas sobre ellas. Cierra los ojos y realiza unas respiraciones profundas. Seguro que por la cabeza se te pasan miles de cosas: las facturas, los niños, la comida que debes preparar, esa llamada que esperas. No te agarres a estos pensamientos. Si te cuesta mucho puedes probar de concentrarte en la respiración. Recuerda: no te juzgues, no hay ni bien ni mal hecho.
Otro ejercicio sencillo que puedes realizar en casa es prestar atención a tu comida. Prueba a sentarte en una postura cómoda con la espalda recta. Observa atentamente antes de empezar a comer que hay en tu plato: los colores, como está presentado, el tamaño, sus texturas. Al realizar el primer bocado, mastica suficientemente para darte cuenta de todos los matices. No tengas prisa, disfruta de este rato que te has regalado.
Aprovecha la oportunidad de unirte y recoger los frutos de esta imparable tendencia. ¡Apúntate al mindfulness!
Si te ha gustado, ¡Comparte!
[:]
